lunes, 21 de octubre de 2013





Hola.

He decidido dejar este blog como borrador y tener otro como proyecto pues este en un inicio era eso, un borrador.

Espero que os guste, es de un aire creo que muy distinto a este y lo acabo de empezar.

http://letrasaliadas.blogspot.com

sábado, 21 de septiembre de 2013

Una copa.





Una copa donde hoy vierto cada uno de mis pensamientos.
Una copa, donde vierto el recuerdo del ruido del viento fluyendo por mis cabellos.

Cada instante bello, cada instante no tan bello. Cada espina que ha dolido, y cada ilusión que he perdido.
Cada risa, cada grito, cada lágrima y cada silencio.


Una copa, llena de cada uno de mis sentimientos.
Todas las batallas derramadas en ese vidrio;
lleno de pérdidas y ganancias.

Recuerdos nadando.



Miles de nombres olvidados, miles de nombres recordados.
Una multitud de rostros cuya historia solo de algunos conozco.
Una multitud de rostros aunque, en su corazón
me tuvieron unos pocos.

Una copa rebosante.
La totalidad de mi existencia entremezclándose.

Una copa y una mano.
Una mano y unos labios saboreando.

Una copa y una mano.
Una mano y unos labios bebiéndose mi vida.

Unos labios,
llamados Poesía.

viernes, 23 de agosto de 2013


Tiempo paseaba sin tener protagonismo en la escena recordándose: tiempo al Tiempo y,
 más con una herida interna.

Cuando cayera, ahí estaría para recogerla y llevarla a buenas épocas pero por ahora,
era tiempo de Espera.

Así, la observaba desde los ojos de un apuesto camarero al otro lado de la barra; 
vigilándola como mero pasatiempo. 

Llevaba horas en penumbra ignorando las ruinas de su corazón en un ambiente de humo
y alcohol. 


Un bar no era un lugar que soliese frecuentar pero,
pocas cosas no habían cambiado desde que se había derrumbado. 

El carmín rojo de sus labios ya había tatuado una decena de vasos,
repartiendo pigmentos y quedando un rojo más viejo. 


Aquello inmutable era la expresión perdida de su rostro,
el vacío que parecía alimentarse con la oscuridad del lugar. 


Parecía no pensar, levantar su vaso en un movimiento autómata apenas consciente.
Mano con vida propia en contraposición a aquella alma rota. 


Elevaba el vidrio con agarre delicado e inestable,
provocando sonido con el choque de los cubitos,
hasta llegar a su destino.


 
Leve tacto, frío y corto cual suspiro, en el que derramaba
el líquido sobre su lengua trabada en mil enredos de mil palabras tragadas.



Un nudo en sus cuerdas vocales, incapaz de emitir sonido. 


Por unos segundos, por un instante, parecía escaparse a otro momento. 

Parecía congelarse, 
con su vaso a medio camino del tablero y en su mirada un incógnito relampagueo de esperanza de paseo.

Algo bullía por dentro, algo que le hacía separar sus labios,
dibujando una palabra con ellos pero sin sonido alguno. 

Era ese nudo en la garganta que le recordaba las razones por las que así estaba. Bajaba la mirada al vaso y aquella oportunidad de despertar de aquél letargo mental se perdía. 

Su vaso vacío era sustituido por uno lleno y, se repetía el proceso de nuev
Una y otra vez. 

Hasta que las palabras se deformaran,
los sonidos se distorsionaran y; los recuerdos,
los recuerdos viajaran a su morada en la lejana Villa del Olvido.





martes, 23 de julio de 2013

Densa tinta.

Y él le dedicó con intención aquella última mirada.

Observó lo que todos veían.
Aun estando en el montón perdida,
ella no le pasó desapercibida.

Algo lo dejó prendado,
algo lo tenía estupefacto.

Observó como el cuerpo de ella reaccionaba
ante su inquisitiva mirada de manera exquisita.
Como su respiración se aceleraba y sus pupilas
se dilataban.  Ya no había línea entre su iris y pupila.
Ahora, todo mar negro de tinta era.

Cayó, bebió de su interior.

Sintió lo denso que era ese océano, observó cuán
completo era su corazón y cuán diferente era su
mundo a este.

Aquí, todo era desorden racional y caos emocional.

Impulsos, inseguridad, superación.

Oyó campanadas de risa, se subió en la
montaña rusa de la alegría. Pero, no se dejó
engañar por esa droga y vio las lágrimas de ella, y como expulsaba
sus tristezas en un papel.

Vio anhelo por amor, por comprensión.
Habían demasiadas dudas, y respuestas nulas.

Un torbellino se alzaba  en el interior de él,
torbellino que rompió sus reservas, rompió sus esquemas.
Planteó dilemas, pero no les prestó atención para
aprender esta vez sin precipitarse, sin adelantarse
a posibles problemas.

Se dejó llevar, tocó cielo, tocó euforia y tocó fondo.

Viajó entre recuerdos, viajó entre lecciones
aprendidas esquivando despistes.

Atravesó las cortinas de la inocencia
para llegar a la impaciencia y fumar de su libido y pasión.

Prosiguió su camino y encontró la trampa de la esperanza.

Vio el filme de los sueños de ella, de las metas, de los resultados
esperados y  quedó acongojado.

Tocó las cicatrices y moratones, y tocó piel suave y tierna.
Tocó, tocó y se mancho de tinta negra.
Y en un lienzo negro, comenzó a dibujar
su historia.

Era su mayor reto, pues debía incumplir
las normas de la lógica y dibujar, borrando.

En este lienzo comenzó una historia distinta.

Pero poco a poco causó su perdición,
la rotura de sus esquemas lo abrumaba.

Sufrió impotencia, limitado por sus propias resistencias,
vencido por sus vivencias y encarcelado por supervivencia.

Asi, construyó de nuevo una nueva fortaleza,
un lugar en el que poder despejar la cabeza.

Mientras se recuperaba y reescribía sus esquemas, otra vez
rompieron sus fortalezas.
Llovió, llovió muy fuerte.

Llovieron palabras de amor.

Conforme caían él las leyó,
vio como recorrían cada milímetro de su piel desnuda.

Por instinto, bajo agua se negaba a respirar, creyendo
que de hacerlo se podría ahogar. Pero no, se dio cuenta de que no.

Murió para vivir en la inmortalidad del amor.

Y de pronto todo se fue.

Recobró conciencia.

Sintió el leve ruido de dos labios separándose.
Sintió alientos entremezclados.
El sonido de dos corazones desbocados.

Abrió sus párpados cerrados.

Y volvió a observar aquellos ojos que le hablaban sin voz,
y sin voz el le dijo un te amo.

Se despidió de la despedida.

sábado, 20 de julio de 2013

Hay veces que...

Hay veces que no tengo qué decir
pero quiero boli y papel
por el mero placer de escribir.

Hay veces que mi único fin
es existir y resistir mediante palabras
los dramas que la vida lanza.

Y, si los problemas pesan,
equilibro la balanza
y me exilio a un lugar donde no me alcanzan.

Hay veces que la voz de la poesía
se convierte en mi melodía preferida y,
mis papilas gustativas degustan el sabor
de las palabras escritas.

Hay veces que observo la elegancia con la que van vestidas y huelo la fragancia que me tiene prendida.

domingo, 7 de julio de 2013

Romeo.

He muerto por dentro
aunque resucito a momentos.
Esta bien, me callaré lo que siento
y tragaré mis lamentos.

No es tiempo lo que necesito,
no son milagros los que exijo,
sino al ladrón que me robó el corazón
y cambió mi destino.

Y no me despido
por la sencilla razón
de que en mi mente
jamás serás condenado al exilio.

Un te amo no escrito
un quiero vivir contigo
un por favor mi amor,
deja de desviarte de nuestro camino.

La situación
y lo que hay entre tu y yo,
tiene solución.

Asi que no seas el primero en olvidar,
porque luego te tocará recordar.

Te amo.

viernes, 5 de julio de 2013

Simplemente simple.

En un folio en blanco sin errores hoy derrocho mil perdones.

Un te odio sentido por dos corazones y un te amo escondido por varias razones.

Que no hay peor razón que el olvido, pues no hay más dolor que la pérdida de lo vivido.

Pienso luego existo, amo luego respiro.

Expiro del papiro en el que se quema mi destino para forjar un nuevo camino.

Aspiro el olor de tus recuerdos y siento como quiebro  a esta alma que desangra versos.

Besos presos que tienen carcelero y dueño.

Dejó de ser un juego hace tiempo, porque la máxima importancia fue reflejada en las mínimas palabras.

Intento disculparme por todas las circunstancias. Pero a la vez darte esperanza ante todo lo que nos amenaza.

Pienso luego existo, amo luego vivo.

Me identifico con el mendigo que mendiga un destino.

Me siento como el guerrero que enfrenta sin miedo caminos desconocidos.

Me siento demente por perder la mente, ante esta locura que es mi presente y ante mi futura cura de cordura que será el tenerte.